(Lo olvidaba; también finjo que escribo.)
Hace unos años había creado un blog el cual agradezco que lo efímero del tiempo de existencia en internet, haya borrado. Recuerdo que escribía cosas bastante horribles, trágicas, deprimentes, patéticas... nunca le den un teclado a una adolescente hormonal que prefería escribir a salir a la calle.
Evidentemente, después de un tiempo dejé estas visiones tan particularmete trilladas de mi existencia y empecé a escribir otro tipo de cosas de forma diferente. Ahora me gusta más tener humor que tener amargura. Y gracias a eso me la paso teniendo ideas que sería mejor no tener.
Varias de esas ideas han visto la luz en el papel, ytristemente no he podido digitalizarlas porque mi computador está bajo de carbón y los mineros no han vuelto desde hace un tiempo, así que el pobre aparato se encuentra trabajando un poco a la fuerza. Soy amiga de la inspiración repentina, el único problema es que por el mismo hecho de ser repentina tiene la terrible costumbre de aparecer donde no debe, bares, clases, exámenes, filas de comida, ataques de catalepsia... momentos no muy apropiados o altamente amnésicos.
Ayer por ejemplo (y aquí cierro para abrir (¡ja!) el post siguiente de cine que vendrá pronto), me encontraba viendo "Persépolis" una película preciosa de la que hablaré luego, y de repente dije "quiero... quiero...¡DIBUJAR!" y una pequeña yo (más pequeña increiblemente) empezó a correr dentro de mí en círculos mientras vociferaba cual demente "¡dibujar! ¡dibujar! ¡quiero dibujar!" y otra pequeña yo la golpeaba con un zapato y le decía "gran tonta, no hay cómo." y así se calmaba, pero a cada momento el proceso empezaba de nuevo, con una corriendo y la otra golpeando. Aún tengo deseos de dibujar. Talvez mañana le dedique unos minutos al lápiz.
Evidentemente tengo sueño.
jueves, 18 de diciembre de 2008
Estos días...
Publicado por Kat en 20:50
Etiquetas: deseos, kat on the wall
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